Tras un pequeño período en el taller de la restauradora Raquel Racionero Núñez, ha vuelto al convento el retrato del venerable capuchino fray Francisco de Lorca, fallecido en el convento de Cádiz en 1736, con gran fama de santo.
Se trata de un óleo sobre lienzo del siglo XVIII, que ha precisado un intenso trabajo de limpieza, dada la acumulación de suciedad y barnices oxidados que presentaba. Lo curioso del retrato es su tamaño, pues es una obra en miniatura, con solo 16 cm. de altura.
Para conocer más sobre la vida de este fraile capuchino, se puede acudir a la biografía escrita por fray Isidoro de Sevilla, disponible en la Biblioteca Digital de Murcia; o al estupendo artículo de Luis Manuel Real, en La Sacristía del Real.
