El polivalente membrillo

Categories: Historias del convento

Llegando el otoño, la huerta nos regala los membrillos, con los que podemos elaborar tres recetas, que luego a su vez podremos utilizar en otras muchas más.

Carne o dulce

Carne de membrillo

Carne de membrillo

La carne de membrillo es una forma tradicional de conservar esta fruta. Se puede elaborar de diversos modos, dependiendo de gustos y del tiempo que tengamos.

Los membrillos se lavan bien y se les retiran los corazones; si se quiere conseguir una textura más fina, también se puede retirar la piel, que se reserva para hacer la jalea. Se van cortando en trozos regulares, y se cuecen en una olla con una cantidad mínima de agua. Cuando están tiernos, se retiran del fuego y se pesan, añadiendo la misma cantidad de azúcar. Para lograr una textura más fina, se puede usar la batidora o el pasa-purés. Si nos sobra agua de cocción, se reserva para elaborar la jalea.

Si queremos seguir la receta tradicional, colocamos la mezcla de membrillo y azúcar en una olla, a fuego medio, y sin dejar de remover con cuchara de madera, se va cociendo hasta que adquiere consistencia y color dorado; el tiempo varía, dependiendo de la madurez de los membrillos, el grado de cocción y la cantidad de agua que se haya empleado en la misma.

Si tenemos menos tiempo o no queremos estar removiendo sin parar, podemos usar la alternativa del microondas: una vez que tenemos la mezcla de membrillo y azúcar, se introduce en un recipiente de vidrio y se pone en el microondas a máxima potencia, parando de vez en cuando para remover la mezcla.

Terminada la cocción en cualquier modalidad, se coloca en moldes o platos y se deja enfriar.

Compota

Compota de membrillo

Compota de membrillo

Se pelan los membrillos, reservando peladuras y corazones para hacer la jalea; se cortan y se pesan en crudo. La cantidad de azúcar será la mitad del peso resultante. Se pone en una olla el membrillo con agua hasta que los cubra, se añade el azúcar, un palo o dos de canela, según la cantidad y el gusto, y una corteza de limón, dejando cocer a fuego lento hasta que el membrillo esté blando. Se sirve templada.

No se puede conservar por mucho tiempo, salvo que se envase al vacío.

Jalea

Es una receta de aprovechamiento: en una olla se ponen a cocer en agua a fuego fuerte las peladuras, los corazones y el líquido de cocción de los membrillo, que nos han sobrado de las recetas anteriores. Una vez que está todo bien cocido, se cuela para eliminar las impurezas, apretando bien las peladuras para extraer todo el jugo. El líquido resultante se pone de nuevo en la olla, a fuego fuerte, añadiendo dos partes de azúcar por cada tres de líquido y un poco de zumo de limón. Se deja cocer para que reduzca, removiendo de vez en cuando. Dependiendo de gustos, podemos dejarla más o menos espesa.

Nota aclaratoria sobre el azúcar

Jalea de membrillo

Jalea de membrillo

Por motivos de salud, se puede sustituir el azúcar blanco por azúcar moreno, en la misma proporción, con la única diferencia que nos dará un color más oscuro a las recetas; o sustituir ambas por miel, en cuyo caso hay que tener en cuenta que la proporción de miel será siempre la mitad que de azúcar (por ejemplo, si necesitamos medio kilo de azúcar se puede sustituir por un cuarto de miel).

Por motivos económicos y de salud, se puede reducir la cantidad de azúcar que añadimos a la carne de membrillo, pero hay que tener en cuenta que entonces se conservará menos tiempo.

Utilización en la cocina

La carne de membrillo, además de comerla directamente, puede usarse de forma variada en canapés y aperitivos; agregarse a ensaladas; como relleno de tortilla; puede agregarse en pequeños tacos a cocas, bizcochos, flanes…

La compota se puede servir sola, o acompañada de helado, licor, frutas secas o del tiempo, como la granada, calabaza asada…

La jalea nos sirve para rellenar tartas, bizcochos, tortitas, acompañar el pan tostado o endulzar una macedonia de frutas del tiempo.

Author: Capuchinos

One Response to "El polivalente membrillo"

  1. María
    María Posted on 9 noviembre, 2015 at 21:19

    ¡qué pinta que tiene todo!